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jueves, 9 de abril de 2015

Soldado desconocido

Hola, a todas y todos. Este es nuestro primer programa, y lo queremos basar en un caso que Zona D estudió hace algún tiempo, cuando halló una fotografía en la Internet. No conocemos nada de la procedencia de la imagen. Pero ofreció a nuestro equipo investigativo un misterio al cual no pudimos resistirnos… un misterio que intentaremos extraer del lúgubre silencio, para contar una historia, no oficial, sobre un soldado desconocido. Gracias por seguirnos y bienvenidos damas y caballeros a Zona D.


La imagen a la que hacemos mención, nos pone frente a un macabro hallazgo, el esqueleto de un soldado que aún porta las botas y el casco. Un soldado que marchó en filas, a defender su patria, pero no regresó nunca más, a abrazar a su familia. 

Los huesos se encuentran recostados en la pared lateral derecha de una trinchera. En la pared frontal de la trinchera se tendrá en cuenta dos detalles: uno, el soldado defendía desde ahí la posición, observando que hay una formación cóncava que le servía de apoyo al disparar, por tanto ese era un puesto de defensa. El soldado había permanecido ahí por algún tiempo en vida y posiblemente durante dos o tres décadas después de morir; el segundo detalle, el arma de dotación, que aunque oxidada, conserva todo el cuerpo metálico, con detalles claves que permitirán obtener información valiosa.


¿Qué bandera defendía este soldado? ¿Contra quién o quiénes combatía?

Los detalles del arma, el tambor y la estructura ahuecada que cubre el cañón, nos revelan qué tipo de arma es, en qué época se utilizó y el país de fabricación… por tanto, posiblemente, también revela la nacionalidad del soldado y en qué conflicto participaba cuando le sorprendió la muerte.         

El arma es de fabricación rusa, el subfusil PPSh-41, diseñado, y puesto en cadena de fabricación en 1941, cuando la antigua Unión Soviética, entró a participar en la Segunda Guerra Mundial, al ser invadidos por la Wehrmacht alemana en junio del mismo año. Sin embargo es posible que el arma por sí sola, no indique la nacionalidad del soldado, ya que durante la invasión alemana, tras los primeros triunfos y captura de prisioneros soviéticos y material bélico, los soldados nazis preferían sobre sus propias armas, al subfusil ruso, un arma más versátil, cómoda y no se congelaba en el inclemente invierno ruso, como si ocurría con las armas alemanas. Así que recurrimos a observar el casco para confirmar la nacionalidad. Hallamos que el casco corresponde al modelo SSh-40, un casco de acero distribuido a los soldados soviéticos en 1940, caracterizado por tener 6 remaches bajos, a diferencia del anterior, el SSh-39, que tenía 3 remaches altos.
Subfusil PPSh-41 de la infantería soviética.
 
Casco soviético, modelo SSh-40


Este soldado, combatió en la Segunda Guerra Mundial, y pertenecía a las filas del ejército rojo comandado por el líder bolchevique Iósif Stalin, luchando contra la Alemania Nazi de Adolf Hitler.


Pero ¿nuestro soldado murió en combate?... No, no murió en combate.


Es posible que se le haya asignado la misión de defender desde ahí la retaguardia, este era un puesto fijo de defensa y por entre las sombras hay un elemento que puede revelar esto con mayor claridad. Se puede encontrar en la imagen, cerca al subfusil, que hay un hoyo hecho en la pared frontal de la trinchera donde se ha puesto un cacillo de una marmita rusa… El tener un sitio donde poner este vaso, puede indicarnos que se planeó una estancia allí, y que esa era en cierta forma… parte de la cocina. El tiempo que este soldado había permanecido en ese lugar tal vez no era mucho, pero mientras permaneció tenía aún provisiones, tantas como para no haber abandonado su puesto e intentar regresar a casa o buscar sus camaradas, a menos que fuera muy joven y tuviera miedo de hacerlo a pesar de estar completamente solo en una vasta llanura, lejos de todo y de todos. Sí,... este soldado estaba solo. El subfusil PPSh-41, así lo confirma, pues un arma tan apetecida por el enemigo, seguro los amigos no la dejarían abandonada… y nuestro soldado aun la conservaba en el lugar donde la dejó la última vez. Esto también nos permite suponer, que no había actividad bélica en el área, no había presencia de enemigos. Nuestro soldado estaba solo, pero aún podía conservar la esperanza que algún equipo lo recogiera, sin embargo lo que no sabía y nunca supo, es que no simplemente estaba solo… sino que había sido olvidado, estaba completamente abandonado. ¿Cuánto tiempo duró abandonado hasta ser hallado estos restos? Como mínimo, de 3 a 5 años. Es un tiempo prudente, para la descomposición de la culata del PPSh-41, hecha en madera, que en la imagen vemos, ya no está. El acero del arma, como del casco, se conservan relativamente bien, conociendo que se observa corrosión al estar a la intemperie, a partir de los 10 años. Las botas, que aún conserva, duran hasta 40 años en descomponerse, aproximadamente. Así que pudo permanecer en ese lugar, hasta su hallazgo, de 3 a 10 años, como mínimo.


Entonces ¿cómo murió este soldado del ejército rojo? Creemos sí, que es posible que este soldado estaba algo debilitado, muy cansado, y esperaba el retorno de sus camaradas o por lo menos que llegaran suministros… además era temporada del crudo invierno ruso, entre noviembre y marzo, que alcanza temperaturas muy por debajo de cero y que en muchas ocasiones ayudó a derrotar enemigos invasores, como ocurrió también con los alemanes en la segunda guerra mundial. ¿Qué nos permite deducir que la muerte, de este soldado, fue durante la temporada de invierno? La clave es la posición en la que se encuentra el cuerpo. El casco está bien acomodado. No hay señales de violencia y como ya lo dijimos, no era una zona de batalla en ese momento, y el soldado estaba completamente solo, a su suerte. Los huesos están en posición fetal. Esto nos sugiere que el soldado dormía cuando murió. Y ante la inadecuada preparación de los soldados soviéticos, para hacer frente, al crudo invierno, y los uniformes de baja calidad, la causa probable de muerte fue la hipotermia.  

Una historia triste ¿verdad? ¿Qué pensaba momentos antes de acostarse a descansar? ¿Pensaba en la familia? ¿En cuánto los extrañaba? ¿Tendría un diario en el que escribió que pronto los vería de nuevo, porque parecía que la guerra había terminado? ¿Que los abrazaría fuertemente y les demostraría el amor que se había llegado a reservar o que la guerra le había interrumpido dar? Desafortunadamente, la vida puede cambiar en un instante, cuando menos te lo imaginas.

Si te gustó esta historia, sabiendo que la imagen es real, acompáñanos a leer otras más suscribiéndote a nuestro nuevo blog, comparte con tus amigos y participa con tus comentarios, se parte de la aventura que nos lleva día a día recorrer nuestra ZONA D

Gracias por leernos.




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