Hola, a todas y todos. Este es nuestro primer programa, y lo queremos basar
en un caso que Zona D estudió hace algún tiempo, cuando halló una
fotografía en la Internet. No conocemos nada de la procedencia de la
imagen. Pero ofreció a nuestro equipo investigativo un misterio al cual no pudimos resistirnos… un
misterio que intentaremos extraer del lúgubre silencio, para contar una
historia, no oficial, sobre un soldado desconocido. Gracias por seguirnos y
bienvenidos damas y caballeros a Zona D.
La imagen a la que hacemos mención, nos pone frente a un macabro
hallazgo, el esqueleto de un soldado que aún porta las botas y el casco. Un
soldado que marchó en filas, a defender su patria, pero no regresó nunca más, a
abrazar a su familia.
Los huesos se encuentran recostados en la pared lateral derecha de una
trinchera. En la pared frontal de la trinchera se tendrá en cuenta dos
detalles: uno, el soldado defendía desde ahí la posición, observando que hay
una formación cóncava que le servía de apoyo al disparar, por tanto ese era un
puesto de defensa. El soldado había permanecido ahí por algún tiempo en vida y
posiblemente durante dos o tres décadas después de morir; el segundo detalle,
el arma de dotación, que aunque oxidada, conserva todo el cuerpo metálico, con detalles
claves que permitirán obtener información valiosa.
¿Qué bandera defendía este soldado? ¿Contra quién o quiénes combatía?
Los detalles del arma, el tambor y la estructura ahuecada que cubre el
cañón, nos revelan qué tipo de arma es, en qué época se utilizó y el país de
fabricación… por tanto, posiblemente, también revela la nacionalidad del
soldado y en qué conflicto participaba cuando le sorprendió la muerte.
El arma es de fabricación rusa, el subfusil PPSh-41, diseñado, y puesto
en cadena de fabricación en 1941, cuando la antigua Unión Soviética, entró a
participar en la Segunda Guerra Mundial, al ser invadidos por la Wehrmacht
alemana en junio del mismo año. Sin embargo es posible que el arma por sí sola,
no indique la nacionalidad del soldado, ya que durante la invasión alemana, tras
los primeros triunfos y captura de prisioneros soviéticos y material bélico, los
soldados nazis preferían sobre sus propias armas, al subfusil ruso, un arma más
versátil, cómoda y no se congelaba en el inclemente invierno ruso, como si ocurría
con las armas alemanas. Así que recurrimos a observar el casco para confirmar
la nacionalidad. Hallamos que el casco corresponde al modelo SSh-40, un casco de acero
distribuido a los soldados soviéticos en 1940, caracterizado por tener 6
remaches bajos, a diferencia del anterior, el SSh-39, que tenía 3 remaches
altos.
Una historia triste ¿verdad? ¿Qué pensaba momentos antes de acostarse a descansar? ¿Pensaba en la familia? ¿En cuánto los extrañaba? ¿Tendría un diario en el que escribió que pronto los vería de nuevo, porque parecía que la guerra había terminado? ¿Que los abrazaría fuertemente y les demostraría el amor que se había llegado a reservar o que la guerra le había interrumpido dar? Desafortunadamente, la vida puede cambiar en un instante, cuando menos te lo imaginas.
Si te gustó esta historia, sabiendo que la imagen es real, acompáñanos a leer otras más suscribiéndote a nuestro nuevo blog, comparte con tus amigos y participa con tus comentarios, se parte de la aventura que nos lleva día a día recorrer nuestra ZONA D.
Gracias por leernos.
Subfusil PPSh-41 de la infantería soviética. |
Casco soviético, modelo SSh-40 |
Este soldado, combatió en la Segunda Guerra Mundial, y pertenecía a
las filas del ejército rojo comandado por el líder bolchevique Iósif Stalin,
luchando contra la Alemania Nazi de Adolf Hitler.
Pero ¿nuestro soldado murió en combate?... No, no murió en combate.
Es posible que se le haya asignado la misión de defender desde ahí la
retaguardia, este era un puesto fijo de defensa y por entre las sombras hay un
elemento que puede revelar esto con mayor claridad. Se puede encontrar en la
imagen, cerca al subfusil, que hay un hoyo hecho en la pared frontal de la
trinchera donde se ha puesto un cacillo de una marmita rusa… El tener un sitio
donde poner este vaso, puede indicarnos que se planeó una estancia allí, y que esa
era en cierta forma… parte de la cocina. El tiempo que este soldado había permanecido en ese
lugar tal vez no era mucho, pero mientras permaneció tenía aún provisiones,
tantas como para no haber abandonado su puesto e intentar regresar a casa o
buscar sus camaradas, a menos que fuera muy joven y tuviera miedo de hacerlo a
pesar de estar completamente solo en una vasta llanura, lejos de todo y de
todos. Sí,... este soldado estaba solo. El subfusil PPSh-41, así lo confirma, pues
un arma tan apetecida por el enemigo, seguro los amigos no la dejarían
abandonada… y nuestro soldado aun la conservaba en el lugar donde la dejó la
última vez. Esto también nos permite suponer, que no había actividad bélica en
el área, no había presencia de enemigos. Nuestro soldado estaba solo, pero aún
podía conservar la esperanza que algún equipo lo recogiera, sin embargo lo que no
sabía y nunca supo, es que no simplemente estaba solo… sino que había sido olvidado,
estaba completamente abandonado. ¿Cuánto tiempo duró abandonado hasta ser
hallado estos restos? Como mínimo, de 3 a 5 años. Es un tiempo prudente, para
la descomposición de la culata del PPSh-41, hecha en madera, que en la imagen
vemos, ya no está. El acero del arma, como del casco, se conservan
relativamente bien, conociendo que se observa corrosión al estar a la
intemperie, a partir de los 10 años. Las botas, que aún conserva, duran hasta
40 años en descomponerse, aproximadamente. Así que pudo permanecer en ese lugar,
hasta su hallazgo, de 3 a 10 años, como mínimo.
Entonces ¿cómo murió este soldado del ejército rojo? Creemos sí, que
es posible que este soldado estaba algo debilitado, muy cansado, y esperaba el
retorno de sus camaradas o por lo menos que llegaran suministros… además era
temporada del crudo invierno ruso, entre noviembre y marzo, que alcanza
temperaturas muy por debajo de cero y que en muchas ocasiones ayudó a derrotar
enemigos invasores, como ocurrió también con los alemanes en la segunda guerra
mundial. ¿Qué nos permite deducir que la muerte, de este soldado, fue durante
la temporada de invierno? La clave es la posición en la que se encuentra el
cuerpo. El casco está bien acomodado. No hay señales de violencia y como ya lo
dijimos, no era una zona de batalla en ese momento, y el soldado estaba completamente
solo, a su suerte. Los huesos están en posición fetal. Esto nos sugiere que el
soldado dormía cuando murió. Y ante la inadecuada preparación de los soldados
soviéticos, para hacer frente, al crudo invierno, y los uniformes de baja
calidad, la causa probable de muerte fue la hipotermia.
Una historia triste ¿verdad? ¿Qué pensaba momentos antes de acostarse a descansar? ¿Pensaba en la familia? ¿En cuánto los extrañaba? ¿Tendría un diario en el que escribió que pronto los vería de nuevo, porque parecía que la guerra había terminado? ¿Que los abrazaría fuertemente y les demostraría el amor que se había llegado a reservar o que la guerra le había interrumpido dar? Desafortunadamente, la vida puede cambiar en un instante, cuando menos te lo imaginas.
Si te gustó esta historia, sabiendo que la imagen es real, acompáñanos a leer otras más suscribiéndote a nuestro nuevo blog, comparte con tus amigos y participa con tus comentarios, se parte de la aventura que nos lleva día a día recorrer nuestra ZONA D.
Gracias por leernos.
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