Una
pareja de esposos, de la localidad de Portsmouth, New Hampshire (EE.UU.),
viajan en su Chevrolet Bel Air, modelo 57, por la ruta 3 (Styles bridges
highway), casi desolada… Regresaban a casa, después de unas vacaciones de
verano por Canadá y Nueva York. Era tarde en la noche del 19 de septiembre de 1961, cuando a la altura de la
localidad de Groveton, la mujer observó una extraña luz en el cielo, y junto a
su esposo juzgaron que se trataba de una estrella fugaz… sin embargo, no se comportaba
como una. Creyeron entonces que podía ser un satélite artificial, pero pronto
desecharon esta idea también.
Betty y Barney Hill, es un matrimonio norteamericano, protagonista
del primer y mejor documentado caso de abducción
extraterrestre, ocurrido el siglo pasado. Él, un afroamericano, que laboraba
como empleado postal; y ella una trabajadora social, de tez blanca, viviendo una
época, dentro de una sociedad en la que aún era difícil mirar con buenos ojos
un matrimonio interracial. Nuestros lectores pueden preguntarse ¿Y qué
relevancia existe en hacer referencia a características físicas o problemas
sociales, como el racismo? Pues bien, en casos de abducción, como este, es muy
importante controlar toda variable que puedan haber afectado a las personas en
su historia de vida, y que pudiesen haber impulsado a llamar la atención o intentar
dar una importancia mayor a su existencia por encima de cualquier tipo de
rechazo… En otras palabras, controlar que hubiesen inventado una historia, consciente
o inconscientemente. El caso del matrimonio Hill, fue el primero de los casos
modernos de abducciones, y el pionero para que surgieran otras historias más,
sobre secuestros por parte de seres extraterrestres; lo que Allen Hynek denominó “Encuentros cercanos del cuarto tipo”. Aún
hoy día no se sabe qué sucedió ese 19 de septiembre, si fue real o no.
Según informó la
pareja, el objeto parecía viajar junto a ellos por encima del sistema montañoso
de la región. Betty incluso afirmaría que esa luz se posó en la cima de la
montaña Cannon, a unos 62
kilómetros de Groveton. Los Hill decidieron viajar lento por la desolada avenida, para no perder de
vista el extraño objeto en el cielo. 14 kilómetros después, el objeto volador les
obligaría a detenerse en medio de la carretera. Barney Hill, frena el auto,
aquel objeto de luces centellantes se detiene en el aire, frente a ellos. Barney sale del auto y observa con sus
binoculares, detallando varios ventanales y en cada ventana seres humanoides que les miraban
a través. Entre
el terror y la fascinación, Barney había metido a su bolsillo el revolver que llevaba en la
guantera del auto. Cuenta que
hubo un momento en que varios de esos seres se movieron, a lo que parecía,
hacer sus labores dentro de la nave, pero uno de ellos se quedó mirando fijamente a la
pareja, especialmente a Barney, que se había
acercado un poco… El señor Hill contaría que recibió un tipo de mensaje: “No te muevas, permanece
ahí quieto”… El objeto volador, se encontraban a unos 30 metros de distancia
del auto, acercándose luego a unos 15 sobre la cabeza de Barney, quien
aterrorizado, corrió de nuevo al auto, gritándole a su mujer: “¡Nos van a hacer prisioneros!”.
Encendió el auto y huyeron a toda velocidad, mientras Betty intentaba ver por
la ventanilla, la posición del objeto volador, que no logró ver en absoluto.
Sólo se miraba oscuridad en el cielo… lo que le hizo sospechar a Barney, que al
no ver las estrellas, supuso que posiblemente
la nave estuviera justamente encima de ellos.
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