El
conjunto de libros sagrados, que conocemos como La Biblia, está repleto de misterios
e historias que requieren un profundo estudio sociológico, cultural, histórico,
antropológico, geográfico y más, para poder entender en lo posible todo su
contenido. Pero por supuesto, esta no es tarea fácil, ni aseguramos, que se
lleve a cabalidad alguna vez… siempre quedará a la interpretación subjetiva del
interesado lector, o la fe, sus pasajes.
Entre
las historias bíblicas de mayor interés, es la que refiere a la vida del
llamado Jesucristo, el Salvador, narrada en los textos que conocemos como “Evangelios”,
en el grupo de libros del Nuevo Testamento.
Conocido como el hijo de Dios,
Jesús es tal vez, el personaje de mayor influencia en toda la humanidad, a más
de 2000 años transcurridos desde su nacimiento. Muchos lo adoran como Dios,
otros lo ven como un hombre sabio o un profeta, otros lo creen un farsante o un
peligro (como los que lo mataron). Como quieras verlo, es un personaje del que
siempre habrá un tema del cual hablar.
Hace
algún tiempo, se supo de un estudio sobre la personalidad del llamado Hijo de
Dios, realizado por estudiosos del comportamiento humano. El diagnóstico final,
es que Jesús, presentaba una personalidad con trastorno delirante. Muchos otros
estudiosos se vieron muy interesados en tal diagnóstico y lo socializaron con
más personas. Entre esas personas estaba el director de ZONA D, que al escuchar
la información, levantó la mano, pidió la palabra y preguntó a los expertos:
¿De dónde extraen la información para basar su diagnóstico?... La respuesta fue
contundente, “De la biblia por supuesto”. Ante esta respuesta se dejó claro que
no se puede extraer información para los fines particulares, dejando de lado
toda la información que se da en el texto sobre Jesús… esa claridad se dejó con
sólo una pregunta: Si dicen que Jesús era megalómano, por creerse hijo de Dios…
¿dónde dejan el resto de información sobre milagros, sanación y la misma
resurrección? Un asunto delicado para expertos en el comportamiento humano, ser
parciales o estar sesgados. Nunca se volvió a escuchar sobre el Jesús
paranoico.
Pero
a la luz del libro Sagrado, entre todo el sufrimiento por el que pasó y la
muerte en una cruz para salvar del pecado a los hombres, en una vida llena de
enseñanzas y buenas nuevas sobre la venida del Reino de Dios, hoy domingo 5 de
abril de 2015, se conmemora el triunfo del Jesús, El Cristo, sobre la muerte.
Parece extraño, pero es tal vez el más grande milagro que se narra en la Biblia…
Jesús resucitó de entre los muertos. Hoy es pues, las Pascuas de Resurrección.
Así
pues, si no somos expertos teólogos, historiadores bíblicos o doctos en
disciplinas relacionadas, no nos queda mucho de donde tomar e interpretar la
biblia, sólo seguir tres caminos… creer (fe), no creer o escuchar a los
expertos (que también se pueden equivocar). Sea el camino que tomes, la Biblia,
y los escritos de la vida de un hombre llamado Jesús, seguirán siendo uno de
esos textos que encontraremos siempre dentro de nuestra ZONA D.
Pero
Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu.
En esto,
el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo;
tembló la tierra y las rocas se
hendieron.
Mateo 27: 50-51
Por su
parte, el centurión y los que con él estaban guardando a
Jesús, al
ver el terremoto y lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron:
«Verdaderamente éste era Hijo de
Dios.»
Mateo 27: 54
Al
atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que
se había
hecho también discípulo de Jesús.
Se
presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio
orden de
que se le entregase.
José tomó
el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia
y lo puso
en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca;
luego, hizo rodar una gran piedra
hasta la entrada del sepulcro y se fue.
Mateo 27: 57-60
Al otro
día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y
los
fariseos se reunieron ante Pilato
y le
dijeron: «Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún
vivía: “A
los tres días resucitaré.”
Manda,
pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día,
no sea que
vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo:
“Resucitó
de entre los muertos”, y la última impostura sea peor que la
primera.»
Pilato les
dijo: «Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis.»
Ellos
fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y
poniendo la guardia.
Mateo 27: 62-66
Pasado el
sábado, al alborear el primer día de la semana, María
Magdalena
y la otra María fueron a ver el sepulcro.
De pronto
se produjo un gran terremoto, pues el Ángel del Señor
bajó del
cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella.
Su aspecto
era como el relámpago y su vestido blanco como la
nieve.
Los guardias,
atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se
quedaron
como muertos.
El Ángel
se dirigió a las mujeres y les dijo: «Vosotras no temáis,
pues sé
que buscáis a Jesús, el Crucificado;
no está
aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar
donde estaba.
Mateo
28: 1-6
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