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jueves, 16 de abril de 2015

El Salto del Tequendama

Los Muiscas, eran una población que pertenecía al grupo indígena de los Chibchas, y que desde el siglo VI a.C., habitaron en la zona central de Colombia. Según una leyenda Muisca, contada por los Chyquy (sacerdotes) del Cacicazgo de Bacatá, el famoso salto del Tequendama, ubicado en el actual municipio de Soacha, Cundinamarca, se formó por acción de Bochica. La leyenda cuenta así.
Huitaca, una hermosa muchacha, diosa de la lujuria, rebelándose a las enseñanzas de Bochica, el dios bienhechor, incitó a los Muiscas a vivir una vida en medio de placeres mundanos. El juego, el goce carnal, la pereza, la borrachera, las fiestas, fueron las malas enseñanzas que Huitaca dio a todos los hombres. Este comportamiento del grupo de indígenas, molestó en mucho al dios Chibchacum, quien era el protector del pueblo, de los labriegos y los comerciantes. Fue tal la ofensa que sintió Chibchacum, que decidió castigar a los hombres mandándoles una inundación que cubrió toda la sabana. Crío dos ríos el Sopó y el Tibitóc, desbordando sus aguas hasta que la gente ya no pudo vivir más ahí, perdiendo sus cultivos y muchos de sus animales, que murieron ahogados. El duro castigo de Chibchacum, abrumó el corazón de los hombres, que buscaron en Bochica su salvación.
Huitaca, mitología Muisca. Escultura de Julia Merizalde Price
Los Muiscas de la Sabana invocaron a Bochica, pidiendo protección contra la maldición de Chibchacum, que había llamado un diluvio que inundo las tierras. La comunidad dio ofrenda en el templo de Bochica, sacrificios y ayuno le fue ofrecido, clamando por su ayuda. Cuenta la leyenda, que Bochica atendió los clamores y una tarde mientras los Muiscas adoraban al sol, escucharon un estruendo en el cielo, formándose un arco gigante de colores, donde apareció un demonio con figura humana, que representaba al dios Bochica. El dios convocó a todos los caciques y sus súbditos ante él, anunciando que sus plegarias habían sido escuchadas. Bochica, que portaba en su mano una vara de oro, la lanzó contra un muro de rocas que formaban el cerco donde se batían impetuosas las aguas anegadas, abriendo un camino, por donde corrieron, desde entonces hacía un abismo… Así las tierras fueron liberadas de la inundación y los hombres volvieron a cultivar y criar animales. La acción de Bochica originó el Salto del Tequendama.

Bochica, creando el Salto del Tequendama
Pero Bochica, ante el castigo severo que impuso Chibchacum a los hombres por sus ofensas, le castigo a él a la vez. La tierra que antes estaba sostenida por cuatro guayacanes, ahora iba a ser sostenida sobre los hombros por Chibchacum. De esta manera los Muiscas explicaban los temblores de tierra, diciendo que cada vez que se sacudía la tierra en un temblor, era porque el dios Chibchacum, pasaba su carga de un hombro a otro.
Huitaca también recibiría un castigo por parte de Bochica (otros dicen que por parte de Chibchacum), fue obligada a tener una vida nocturna, además de transformar su rostro en el de una lechuza. Otros cuentan que subió hasta el sol para casarse con él, pues al hablar de Huitaca, se habla de la misma Bachué, la luna.


Esta es pues la historia que explica la formación del salto del Tequendama, y que ya tratamos, cuando se habló de la Mansión del Salto y su fama como sitio embrujado, en nuestro blog "Viajes ZONA D".


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